La mayor pérdida de poder adquisitivo de la OCDE en 2022, del 4,4%

Los salarios reales en España -los sueldos nominales una vez descontada la inflación- se reducirán un 4,4% en el país este año por el efecto combinado de una revalorización escasa de los sueldos y una elevada subida de los precios, lo que convierte a España en el país de la OCDE con una mayor pérdida de poder adquisitivo para sus trabajadores.
Según el informe sobre Previsiones de Empleo para 2022 de esta organización, publicado este viernes, la recuperación del mercado laboral en 2021 generó escasez de mano de obra en los sectores del turismo, la agricultura, la construcción y la tecnología. Esto contribuyó al aumento de los salarios nominales en 2021, pero en un contexto de aceleración de la inflación -que cerró el año en un promedio del 3,1%- no fue suficiente para proteger el poder adquisitivo. “El crecimiento de los salarios reales en España cayó bruscamente en 2021 y se prevé que siga cayendo un 4,4% en 2022″, avisan.
Esto representa uno de los descensos más fuertes de los salarios reales observados entre los países de los que se dispone de datos, y un recorte sustancial del poder adquisitivo de los trabajadores, ya que los precios de consumo españoles están subiendo en máximos históricos”, apunta el organismo que dirige el belga Mathias Cormann.
La pérdida de poder de compra de los salarios será inferior en otros países como Italia -de en torno al 3%-, Alemania -2,5%-, Estados Unidos -0,6%- o Japón -0,4%-.
La OCDE pone el foco en el impacto de la pérdida de poder adquisitivo en los hogares con menores niveles de renta. “El impacto del aumento de la inflación en los ingresos reales es mayor para los hogares con menores ingresos que ya han soportado el peso de la crisis de la COVID-19. De hecho, el aumento del gasto resultante de las recientes variaciones de los precios de los alimentos y la energía representa una proporción mayor de la renta real de los hogares con menores ingresos, y estos hogares tienen un margen limitado para compensarlo recurriendo a los ahorros o reduciendo los gastos discrecionales”, lamenta la OCDE.