Las fuertes subidas del precio del aceite hunden un 10,5% su consumo

El oro líquido se está convirtiendo en un producto casi de lujo. Después de que el precio haya subido un 38,5% en el último año –acumula un incremento del 48,1% desde 2019– su consumo se desplomó en 2022 un 10,5%, hasta 476.624 litros, según el último informe del Consumo Alimentario en España que elabora el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. El consumo per cápita por persona y año ha disminuido un 10,4%, hasta una ingesta media de tan solo 10,3 litros por persona y año.

El aceite es así un producto cada vez más escaso en la cesta de la compra y su caída superó al del total de la alimentación, con un descenso de las ventas en volumen del 8,8% en total. A pesar de eso, los hogares gastaron en comprarlo el año pasado un 23,9% más que en 2021, una diferencia que se explica porque que a cierre del ejercicio el precio medio se situaba en 3,74 euros por litro, con el virgen extra superando incluso los cinco euros.    

Cuota de volumen

El de oliva sigue siendo no obstante el aceite más consumido en España, con una cuota en volumen del 70,4% y una proporción en valor del 80,4%, más elevada debido a unos mayores precios en el mercado. 

El aceite de oliva y A.O Virgen caen un 10,2% y un 5,7%, respectivamente

Por participación en el mercado, el aceite de oliva, pese a perder un 10,2% del consumo que tenía en 2021, cuenta con una cuota en volumen del 35%, seguida del aceite de oliva virgen extra, que acapara un 29% de participación, también en volumen, y una disminución de su consumo del 5,7%, aunque su valor representa una proporción bastante superior, debido a que ofrece el precio medio más alto del mercado. 

Por el contrario, el aceite de girasol, con el 26,3% del volumen, es el tercer tipo de aceite en el podio. Debido a la guerra de Ucrania, y ante la falta de girasol, este producto fue uno de los que más se encareció (un 75,2% más a cierre de 2022) y que, por lo tanto, más ventas también ha perdido. Según el informe de Agricultura, con un crecimiento de más del 41% en valor, las ventas en volumen se desplomaron más de un 19% en 2022. A pesar de esta fuerte variación, este tipo de aceite ofrece un precio medio inferior al del sector (2,4 euros/litro vs 3,74 euros/litro).

Cabe destacar, por otro lado, el aumento de la compra de aceite de orujo, un tipo de aceite que mantiene actualmente una cuota minoritaria de mercado, pero que ya representa el 1,3% del volumen total del sector oleícola, y que consigue ganar presencia en los hogares en un contexto de reducción de las compras del conjunto del mercado. Es el más económico y el precio marca ya las pautas de consumo.    

Aumento del presupuesto

El año pasado, los hogares españoles destinaron el 2,41% de su presupuesto para el abastecimiento del hogar a la compra de aceite, una cuota que ha aumentado en 0,48 puntos porcentuales con respecto al 2021. Si se analiza la variación de 2022 respecto a 2019 (año previo a la pandemia), mientras el volumen de compras retrocede a un ritmo superior en comparación con 2021, la facturación del sector oleícola crece más, consecuencia directa del crecimiento del precio medio.  

Causas del alza

Desde el sector indican que las causas principales de la subida del precio del aceite son el aumento de costes tras la invasión rusa en Ucrania, pero sobre todo la sequía. Las altas temperaturas y la falta de precipitaciones en nuestro país ha dejado una desastrosa campaña 2022-2023 en la producción nacional de aceite de oliva, con un total de 780.000 toneladas, lo que representa una caída histórica del 47,7% frente a las 1,4 millones de toneladas del año anterior.

La subida de costes que tienen que afrontar los agricultores son múltiples. Se incluyen desde la mano de obra, la maquinaria, el transporte y otros, como los fertilizantes o los abonos. A todo ello hay que sumar, además, los costes energéticos que han disparado los gastos de fabricación del aceite en las almazaras. En el resto de la cadena, los envasadores también se resignan por el alza de los costes de fabricación, así como la aprobación de nuevas medidas legislativas que les influyen de manera directa, como es el impuesto al plástico. 

En lo que respecta a los canales de compra, el 50,3% de los litros adquiridos de aceite a cierre de 2022 se compraron en el canal supermercado y autoservicio, con un decrecimiento del 10,2% con respecto al año anterior. 

El segundo canal por orden de importancia es el hipermercado con el 24,8% del volumen y un decrecimiento en las compras inferior (6,1%). Le sigue la tienda descuento con un 10,9% sobre el volumen total de la categoría, que experimenta la reducción del volumen más acentuada del mercado (28,9%). 

Nunca antes los precios habían estado tan caros desde el origen hasta la mesa. Con la vista puesta más a largo plazo, el miedo para los profesionales del sector está en que los consumidores empiecen a buscar productos alternativos de menor calidad. Y no solo en España, sino también en el mercado exterior.