Los retos de las telecos para 2025: consolidar los consejos y lanzar sus empresas de fibra
Telefónica deberá ajustar la entrada de STC y Masorange tendrá que encarrilar la salida de los fondos. Las tres grandes operadoras cerrarán sus ‘fibercos’ y las pequeñas seguirán su baile de fusiones.
El año 2024 ha sido intenso para las operadoras de telecomunicaciones en España. Y 2025 no va a ser menos. La gobernanza, la gestión de las redes de fibra y la potencial consolidación entre rivales más pequeños van a ser claves. Telefónica deberá ajustar la entrada en el consejo de la saudí STC y Masorange tendrá que encarrilar la salida de los fondos. Las tres grandes, con Vodafone completando el círculo, culminarán sus ‘fibercos’ y las pequeñas, junto con alguna ‘fibrera’, seguirán con un potencial baile de fusiones.
El gobierno de las empresas del sector será un tema clave. Tras la autorización a finales de noviembre para acariciar el 10%, STC pedirá previsiblemente su representante en el consejo de Telefónica. El repentino fallecimiento de Javier Echenique, que ejercía como independiente coordinador, deja un órgano de decisión con 14 sillones ocupados. El decimoquinto podría ser el de la compañía controlada por el fondo soberano saudí, lo que permitiría mantener a Javier de Paz, especialmente cercano al expresidente Rodríguez Zapatero, y al representante de BBVA.
En Masorange también tienen en la gobernanza un reto. La ‘joint venture’ tenía un horizonte en el que Orange tratará de recuperar el control. La fecha que en un principio se estableció fue 2026, después de dos años de bloqueo, aunque se desconoce si habría alguna cláusula de cambio de control a favor de la operadora francesa en función del endeudamiento -que se reducirá previsiblemente con lo que se ingrese de la ‘fiberco’ con Vodafone-. El otro 50% está controlado por los accionistas de Másmóvil -los fondos Cinven, Providence y KKR y los socios históricos-. Sea como sea, 2025 será el año en que se encarrile.
Precisamente la creación de esa ‘fiberco’ -la empresa creada ‘ad hoc’ para gestionar millones de conexiones de fibra- y la pactada entre la propia Vodafone y Telefónica también van a marcar el devenir corporativo del ejercicio. La primera, la de Masorange y la operadora controlada por Zegona, se cerró definitivamente en la víspera de Navidad con un reparto del 50% para la primera y un 10% para la segunda -para que un fondo se quede con el 40%-. Se repartirían más de 4.500 millones de euros que irán destinados a rebajar deuda. La operación necesitará la aprobación regulatoria.
La otra ‘fiberco’ que se está cocinando es la de la propia Vodafone con Telefónica. Ambas lo pactaron en noviembre y se está a la espera de que se logre la ‘luz verde’ para así dar entrada al socio financiero. La estructura final será muy similar a la anterior. En el escenario inicial, antes de la irrupción de algún fondo de infraestructura, la dueña de Movistar tendrá un 63% y el otro 37% su socio. Cubrirá aproximadamente 3,5 millones de unidades inmobiliarias -hogares, locales comerciales…-. Ambos movimientos permitirán a la tercera teleco por número de clientes reducir algo el endeudamiento y, sobre todo, apagar progresivamente su obsoleta red de cable heredada de ONO.
Al margen de las tres grandes, también hay sobre la mesa movimientos corporativos entre las más pequeñas. La rumana Digi deberá perfilar su red móvil propia, que complemente al acuerdo mayorista con Telefónica. Finetwork ya ha dejado caer que estarían abiertos a participar en un gran proyecto de consolidación, como afirmó recientemente su consejero delegado, Óscar Vilda. El cambio de manos de Avatel, que ha sido recomprada por su consejero delegado con ayuda de Inveready -también accionista de Masorange-, ya se produjo en 2024. Y entre las fibreras, empresas dedicadas a servicios mayoristas de fibra óptica especialmente en zonas rurales, también podría haber movimiento. La gestora Ardian ya ha encargado la venta del negocio minorista de Adamo, que se tendrá que sustanciar a lo largo de este ejercicio.
Más desregulación
En el terreno de la regulación, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya apuntaló en 2024 una eliminación de corsés para Telefónica tras la fusión de Másmóvil y Orange. La medida más relevante ya la puso sobre la mesa antes de Navidad: desregular completamente los mercados mayoristas de acceso de banda ancha (llamados NEBA y NEBA Local). La dueña de Movistar no tendrá que alquilar a un precio fijado previamente sus redes de FTTH a otros operadores. Esta propuesta se deberá materializar en 2025. Ya en el pasado se han propuesto otras medidas similares en mercados como el televisivo.
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Como telón de fondo estará la guerra comercial que sigue siendo intensa pese a la creación de Masorange. Las concesiones que exigió Bruselas para llevar a cabo esa joint venture, que ‘vitaminaron’ más a una ya fuerte Digi, y la creación y consolidación de operadores alternativos pequeños como Finetwork, Avatel o Silbo Telecom han mantenido intacta esa pugna, con mayor foco en el ‘bajo coste’. Los tres grandes tratarán de defender su posición sin perder muchos ingresos en el lado más ‘premium’ de sus primeras enseñas.