Un alivio temporal para los bancos
La gran banca española ha cerrado el semestre con unos resultados históricos. En concreto, el beneficio conjunto de Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja ascendió a 12.386 millones. Una cifra que mejora en un 21% a la de hace un año y muy superior a los 11.888 millones que esperaba el mercado.
Este excelente desempeño adquiere aún más relevancia al producirse pese al golpe del impuestazo, que se llevó por delante 1.120 millones de beneficios. Además de la buena gestión, la razón que ha permitido a las entidades sobreponerse a la tasa está en el positivo impacto de las subidas de tipos en los balances. Algo que se observa con claridad en el negocio en España, donde el margen de clientes escala un 65% de media. Un espectacular incremento que se produce por varias razones. Una de ellas es que las entidades obtienen más de sus clientes por los préstamos y les pagan menos por sus ahorros, ya que tienen sobrada liquidez y no necesitan elevar la remuneración de los depósitos. El alza de tipos también tiene un efecto directo en el negocio al provocar un endurecimiento de las condiciones de los créditos. Esto restringe la oferta para contener la morosidad y la necesidad de las entidades de dotarse con más provisiones. Todo ello configura un contexto complejo, pero muy rentable a corto plazo para las entidades financieras, que puede darse la vuelta si la situación económica empeora, como apuntan los datos del PIB e inflación conocidos este viernes. Por tanto, la mejora de resultados no debe servir de ariete para demonizar al sector y justificar la extensión sine die del impuestazo. Esto supondría castigar a las entidades por beneficiarse, con lógica, de un escenario más positivo, tras más de una década de tipos cero, que hundió su rentabilidad.